El caimán
Los caimanes, que también
reciben el nombre de yacarés y lagartos negros, pertenecen al género de los
cocodrilos que forman parte de la familia de los aligatóridos. Existen tres
especies de caimán, en los que se encuentra el caimán de anteojos (Caiman
crocodilus), el caimán negro (Caiman yacare) y el caimán colorado (Caiman
latirostris).
Las tres especies de caimanes miden alrededor de
1.2-2.5 m de largo, pudiendo medir un poco más en algunas ocasiones. El peso
varía, siendo un aproximado de 7-62 kilos, aunque este peso también puede ser
mayor de acuerdo con la estructura física del reptil.
El apareamiento ocurre en la estación lluviosa. La
hembra hace el nido aglomerando pequeñas cantidades de vegetación seca y tierra
y pone allí de 15 a 40 huevos. La incubación dura un promedio de 13 semanas. Al
nacer, las crías miden unos 20cm.
Se alimentan de diferentes especies de animales: crustáceos,
peces, anfibios, reptiles, aves y pequeños mamíferos.

Todos presentan escamas ásperas y la coloración de
su piel puede ser distinta de acuerdo con la especie. Puede ser gris, negra e
incluso con algunas tonalidades verdosas. Sus vientres sin protección
ósea presentan un color diferente al resto del cuerpo, pues van del color
amarillo al gris y el blanco.
Los caimanes suelen confundirse con
los cocodrilos. Se dice que la principal característica es el tamaño pero
muchas veces esto es complicado, pues los cocodrilos jóvenes son pequeños.
El hocico es la principal diferencia. El caimán lo
tiene más ancho y en forma de “U”, en cambio el cocodrilo lo tiene en forma de
“V”. También los dientes ayudan a distinguirlos, pues en este último se
notan a simple vista cuando tienen la mandíbula cerrada, en cambio en los
caimanes son apenas visibles o no se ven.
Tanto los cocodrilos como los caimanes tienen
escamas en la piel y con frecuencia son similares en color,
lo que puede variar según la ubicación y la especie. Sin embargo, la piel del
cocodrilo tiene manchas y hoyuelos en los bordes de las crestas, los caimanes
no poseen estos signos.
Los cocodrilos suelen ser mucho más salvajes y
fuertes en su estado natural, pues son capaces de derribar animales de gran
tamaño, incluso pueden atacar a seres humanos, en cambio los caimanes no atacan
a menos que se sientan invadidos y prefieren alimentarse de animales pequeños
para no esforzarse demasiado.
Existen diferencias que no pueden ser vistas a nivel
físico, por ejemplo, los cocodrilos son conocidos por ser muy agresivos en la
naturaleza, los caimanes son menos propensos a atacar a los humanos, a menos que hayan sido
provocados.
Y
algo muy importante, solo
los cocodrilos pueden vivir en agua salada debido a glándulas en sus bocas. Los
caimanes sólo pueden vivir en agua dulce. Sin embargo, muchos cocodrilos
también viven en agua dulce por lo que no se descarta su existencia en esas
zonas. Los caimanes son a menudo mantenidos como mascotas, debido al tamaño más
pequeño de ellos. Son ilegales en los Estados Unidos, lo que sólo aumenta la
demanda de ellos, que se introducen todo el tiempo de contrabando en el país.
A pesar de estas diferencias tienen muchas carasterísticas en común, que los
diferencian de los demás reptiles, en primer lugar, son más rápidos de lo que la mayoría de la gente piensa,
especialmente en el agua. En segundo lugar, son animales muy fuertes, con
dientes afilados y poderosas mandíbulas. En tercer lugar, son criaturas muy
inteligentes, que hará todo con el fin de garantizar su propia supervivencia.

Respecto a las amenazas que puede sufrir dentro de
su hábitat está el ave carancho, el gavilán cangrejero y el jaribú. Éstos
atacan a los caimanes recién nacidos o muy jóvenes. Por otro lado, el caimán es
una especie cruelmente asesinada para fines comerciales, especialmente para la
industria del cuero, pues la piel de este reptil es muy fina y cotizada.
Igualmente se venden como mascotas y se consumen los huevos y la grasa de la
carne por pobladores cercanos, que aseguran que es muy saludable para la salud
humana.
Cazados intensamente durante décadas por su cuero, aprovechado
en marroquinería, hoy se encuentran universalmente protegidos y en algunos casos industrializados
en zoocriaderos. La alta frecuencia de reproducción ha permitido recuperar parcialmente
las poblaciones, aunque las medidas de protección no se apliquen con el rigor
deseable.
Adolfo M. Mancera López. 1º Bachillerato B
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